Se denominan sistemas ADAS de seguridad (Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción por sus siglas en inglés, Advanced Driver Assistance Systems) a aquellos asistentes que facilitan la tarea de conducir y reducen los riesgos de sufrir un accidente o, en el peor de los casos, mitigan sus efectos.
Los planes de la Unión Europea pasan por lo que las instituciones han denominado Vision Cero, un proyecto que pretende salvar 25.000 vidas y a 140.000 heridos graves en los próximos años.
A partir de mayo de 2024 todo coche nuevo vendido tendrá que contar con dichos sistemas, sea cual sea su fecha de homologación.
Sistemas obligatorios
- Asistente de velocidad inteligente (ISA): Limitador que evitará que superemos la máxima velocidad permitida. Puede ser desactivado con un botón o pisando el acelerador hasta el fondo.
- Detector de fatiga y somnolencia: El vehículo monitoriza la actividad de nuestra mirada y el movimiento de nuestra cabeza para determinar si estamos demasiado cansados para seguir conduciendo.
- Frenada de emergencia: Si el coche entiende que vamos a sufrir un accidente inminente, frena de emergencia para tratar de evitarlo o mitigar los daños en caso de impacto.
- Cámara trasera con alerta de tráfico cruzado: De gran ayuda a la hora de salir de un estacionamiento. El sistema alerta en caso de que pase otro vehículo, una bicicleta o un peatón cuando damos marcha atrás y es capaz de frenar el coche.
- Alerta de cambio involuntario de carril: Bien por despiste o por que el conductor se ha quedado dormido, el automóvil avisa con una alerta sonora siempre que se rebasen los límites laterales sin poner el intermitente.
- Alerta de cinturón en las plazas traseras: En caso de que el pasajero no se ponga el cinturón de seguridad, el coche llamará la atención inmediatamente de ello.
- Caja negra: Con el objetivo de analizar y mejorar la seguridad en el futuro, todos los coches contarán con una pequeña caja negra que registre los últimos segundos antes de un accidente.
- Alcoholímetro integrado: La barrera para impedir que un conductor ebrio se ponga al volante y, así, reducir uno de los mayores peligros en la carretera.